Luces absurdas y puertas estúpidas


¿Sabéis de esas luces del interior de los coches
que tienen tres posiciones según se quiera tenerlas:
siempre encendidas, siempre apagadas
o que se enciendan cuando se abre una puerta?

Pues él las tenía siempre en posición apagada
porque le parecía absurdo delegar
en un objeto estúpido e inerte como una puerta
la decisión de encender o apagar la luz.

Un día al subir al coche se dio cuenta
de que las luces estaban en la posicion absurda
y recordó que debía haber sido una persona
que conoció la noche anterior
y que le había causado muy buena impresión.

A partir de entonces las dejó así porque de este modo
cada vez que se abría una puerta del coche
él se acordaba, absurdamente, de aquella persona.
Y las puertas ya no le parecían tan estúpidas.


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