El turismo


No me gusta viajar porque sí.
En realidad lo que no me gusta es el turismo.
Se me antoja una especie de moderno imperialismo
desconsiderado con los lugares que invade.
Gente de todo tipo integra auténticas hordas de turistas
que diluyen la verdadera idiosincrasia del viajero.

Definitivamente, no soporto a los turistas.
Pasan más tiempo haciendo fotos que observando,
como si creyeran que la esencia de las obras
puede ser reducida a una imagen bidimensonal.
¿Dónde quedan entonces la profundidad,
el tamaño, el sonido (sobre todo, éste),
la temperatura, el devenir con el paso del día,
de las estaciones?

Y qué decir de su actitud con los músicos callejeros,
incluso aquí en Viena.
Algunos, los más, se paran tan solo para fotografiarlos,
como hacen con los monumentos,
ni siquiera se detienen a escucharlos.
Y mucho menos les entregan algún dinero.
Es como si pensaran que cualquier cosa que hagan en el viaje que no sea hacer fotos
no les sirve porque no queda demostración material de ello.

Esta cultura materialista...


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